Me encantan las sensaciones que transmite esta fotografía. En un primer momento nos invade la tristeza y la desolación al ver a ese pobre perro abandonado mientras cae la lluvia.
Sin embargo, la foto esconde para mi mucho más, sobre todo un mensaje positivo y lleno de esperanza. Viendo esa imagen la única opción lógica e inteligente es no quedarse quieto soportando estoicamente la tormenta y seguir adelante por esa inmensa y amplia carretera que se abre ante nosotros.
De modo que si os han roto el corazón, vuestro trabajo es poco motivador, os habéis enfadado con algún amigo o simplemente estáis descontentos con vuestra situación actual, no os resignéis a quedaros quietos bajo la lluvia mientras os lamentáis de vuestra mala suerte, ya que lo único que conseguiréis será mojaros.
Lo único sensato en estos casos es emprender de nuevo la marcha y pensar qué nuevas sorpresas y alegrías nos deparará ese camino que tenemos delante y que a veces no sabemos ver.
Tarde o temprano el chaparrón amainará y sino, quien sabe, quizá la persona que os ofrezca un paraguas pueda hacer que toda esta lluvia haya valido la pena.
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