martes, 23 de marzo de 2010

The Office

Estos días estoy viendo la primera temporada de la serie The Office ya que tenía muy buenas referencias sobre ella. Debo decir que no soy muy aficionado a las series actuales, no logré pasar de ver más de 20 minutos del primer episodio de Lost y la mayoría de series de televisión que están actualmente de moda no me llaman para nada la atención.

Sin embargo, The Office me ha encantado. Hacía tiempo que no me reía tanto con una serie. Como su nombre indica, The Office, que está basada en la serie británica del mismo título, va sobre el día a día de los empleados de una oficina en una ciudad de Estados Unidos y sus relaciones entre ellos y con su jefe y se presenta en formato de falso documental.

Sé que hay gente a la que la serie le parece mala e incluso quien me ha dicho que no entiende su humor. Supongo que para disfrutar en toda su magnitud de esta serie es necesario haber trabajado previamente en una oficina o en algún empleo o colectivo con una estructura social interna jerarquizada.

El personaje del jefe de la oficina, que interpreta Steve Carell, es simplemente genial. Es como una versión más evolucionada de Mr Bean, es decir, alguien con un carácter infantil e irritante que mete continuamente la pata y al que sus empleados toleran simplemente porque es el jefe. Es el mejor ejemplo de "El principio de Peter" de Laurence J. Peter que afirma que “En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia” y que, por lo que veo, se repite con el mismo patrón en todas las oficinas del mundo.

El resto de personajes principales no tiene desperdicio, tenemos al típico trepa, al informático, al empleado rebelde o a la simpática secretaria, además de una galería de personajes secundarios que haría las delicias de un antropólogo. Sí, la mayoría de ellos son estereotipos pero son unos estereotipos muy bien trabajados que nos muestran como las relaciones humanas y, especialmente, las relaciones laborales, pueden ofrecernos lo mejor y también lo peor de nosotros mismos.

Lo dicho, si habéis trabajado en una oficina y queréis sentiros identificados, no os perdáis The Office.

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