Los cines ejercen una especial fascinación sobre muchos de nosotros ya que entre las cuatro paredes de un modesto cine se han forjado a lo largo de los años miles de sonrisas, de sueños, de ilusiones fugaces, de emociones y miedos contenidos, en función de la película que estaba en cartelera esa semana.
A finales de los años 70 con la proliferación cada vez mayor de televisiones en color en todos los hogares, y posteriormente con la llegada del video y su implantación masiva a mediados de los 80, los cines de Barcelona, y especialmente los cines de barrio con sus maravillosos programas dobles en sesión continua, cada vez lo tenían mas difícil para cuadrar los números a final de mes ya que las salas se iban quedando progresivamente vacías.
Muchos tuvieron que cerrar, algunos prolongaron su agonía hasta la década de 1990 y otros terminaron reconvirtiéndose en multisalas donde la imagen de las butacas vacías era más tolerable al reducirse considerablemente el tamaño de las plateas.
A continuación os mostraré algunos de aquellos cines míticos para mí que el paso del tiempo ha borrado de la faz de la tierra o ha reconvertido para otros usos manteniendo todavía algo de su aspecto exterior.
Es curioso porque mientras recorría Barcelona visitando aquellos lugares que una vez estuvieron repletos de carteles, colorido y enormes colas de gente aguardando pacientemente a entrar para evadirse durante unas horas viendo las dos películas reglamentarias que solían exhibir aquellos cines, pude constatar que algunas de las personas que vivían justo al lado de estos edificios desconocían ahora que años atrás hubiera existido allí algún cine.
Cine MeridianaUn cine que en el momento en el que abrió sus puertas en 1929 fue uno de los cines más grandes y espectaculares de Barcelona. Tras los cambios que sufrió la Avenida Meridiana en los años 60 el cine empezó a dejar de ser un negocio y finalmente se vio obligado a cerrar en marzo de 1971.
Hoy en día en el lugar donde se encontraba el cine Meridiana se levanta un nuevo edificio con parking privado que pasa completamente desapercibido entre el resto de edificaciones de la zona.
Cine MartinenseEste cine, al igual que el cine Merdiana, ya lo conocí cerrado, calculo que debió cerrar alrededor de 1974, aunque he visto que en algunos sitios indican que cerró en 1984 pero debe tratarse de algún error tipográfico ya que en 1976 ya estaba cerrado.
Recuerdo que estuvo en estado de abandono durante muchísimo tiempo, pasaba por el lado y me quedaba mirando fascinado aquel edificio vacío y sin vida. Tras la persiana metálica, colocada delante de la puerta entreabierta de acceso al local, se podía ver un techo desvencijado y con diversos agujeros, vidrios rotos y los restos polvorientos de lo que había sido aquel cine en el que todavía se encontraban por el suelo del vestíbulo, entre multitud de escombros, octavillas anunciando la última sesión de películas que allí se proyectaron.
Hoy en día casi todas las casas que se encontraban en la acera donde estaba el cine Martinense han sido derribadas y en el lugar donde estaba este cine se levanta un edificio de dos plantas que, a pesar de su relativamente reciente construcción, ya muestra señales de deterioro en sus balcones.
Cine EmporiumEl Emporium se inauguró en 1927 y en los años 70 era un cine de programa doble que tenía un aspecto un tanto desvencijado pero a la vez totalmente encantador. Con una estética muy similar a la del cine Texas de Gracia, en el Emporium también se solían proyectar muchas películas de acción o como llamaríamos ahora “palomiteras”.
Tuvo que cerrar en el año 1984, un año en el que muchos otros cines de barrio de Barcelona se vieron obligados a bajar la persiana.
Cine LevanteEste cine, que inició sus proyecciones en 1958, se encontraba en la Verneda y en los años 70 era un cine un poco de alto riesgo. Era un cine de grandes dimensiones, con más de 2.000 localidades y con un aspecto impresionante.
Recuerdo una vez que en plena sesión se encendieron las luces de golpe, se paró la proyección y todos los que nos encontrábamos en la platea pudimos ver como en el gallinero, es decir, en la parte de arriba del cine, se iniciaba una pelea entre dos espectadores, de la que no recuerdo el motivo que la originó, mas espectacular que la que podríamos ver en cualquier película de Chuck Norris.
En 1979 el cine cerró definitivamente ya que cada vez la afluencia de público era menor. Hoy en día el cine Levante se ha reconvertido en un bingo y el barrio donde se encuentra se ha convertido en una deliciosa zona llena de parques y zonas verdes.
Cine DucalSituado en una calle tranquila y silenciosa con varias hileras de casas bajas que le dan un encantador aspecto de calle de pueblo, parece increíble que a pocos metros de allí se encuentre la Avenida Meridiana con toda la vorágine de ruidos y velocidad por la que es conocida dicha vía en la que no dejan de pasar coches las 24 horas del día.
El cine Ducal hizo su aparición a mediados de los años 50 y durante varias décadas fue un modélico cine de barrio como tantos otros que había en esa zona. También ante las nuevas propuestas de ocio doméstico que proliferaron en los años 80 se vio obligado a cerrar en 1984 y se reconvirtió en una sala X con tan poco éxito que al año tuvo que cerrar de nuevo sus puertas.
Tras su derribo se ha construido un nuevo edificio que destaca sobre el resto de casas de aspecto rural que hay en esa misma calle.
Cine VersallesEl Versalles se inauguró, al igual que el cine Emporium, en 1927 ya que ambos pertenecían al mismo empresario. En los años 70 era un cine de estreno en el que básicamente se proyectaban películas de Walt Disney, así que no lo frecuenté mucho a pesar de estar situado en un marco arquitectónico de singular belleza (y no, no me refiero a que estaba cerca de la Sagrada Familia, que también, sino a que estaba a pocos metros de la fábrica de cervezas Damm, aunque yo siempre he sido más de Moritz. :-D)
En 1986 cerró definitivamente sus puertas y poco después fue reconvertido en una discoteca lo que hizo que la zona circundante cuando volvías de noche a casa a altas horas de la madrugada fuera algo muy parecido a pasear por el Bronx.
Tras las protestas vecinales la discoteca cerró, se derribó el edificio y se construyo otro nuevo que ahora es una residencia de ancianos.
Sorprende que un lugar que en los años 90 fue famoso por el ruido y las broncas que se montaban en sus alrededores entre los jóvenes que frecuentaban aquella discoteca sea ahora una apacible residencia de ancianos en la que reina la paz y el silencio más profundos.
Cine RivoliSituado al otro lado de la Avenida Meridiana, y muy cerca del Ducal, el cine Rivoli que se inauguró en 1969 es el cine en el que mas tardes y noches pasé durante mi adolescencia. Fue uno de los cines que más aguantó la crisis del cierre de salas en los años 80 y pasó de ser un cine de reestreno a ser un cine de estreno, pero ni aun así pudo hacer nada ante la cada vez menor afluencia a su platea que era enorme para ser un cine de barrio.
Recuerdo que asistí a la última sesión que se hizo en este cine en 1995, aunque no por la película que se proyectaba sino por razones nostálgicas. La película en cuestión era Judge Dreed de Sylvester Stallone basada en el personaje de comic del mismo nombre. Al terminar la proyección recuerdo que mi hermano y yo fuimos los últimos en salir de la sala y la última mirada que di a aquel cine que me había proporcionado tantos momentos de evasión y que ahora ya dejaba de existir.
Años después, en un giro absolutamente surrealista, una iglesia Evangélica alquiló el local que luego volvió a quedar vacío. Posteriormente se tapiarían los accesos al local y actualmente el cine Rivoli sigue todavía durmiendo el sueño de los justos tras sus muros tapiados en espera de que en algún momento algún osado empresario decida reconvertirlo en el gran cine que siempre fue.